LAS MATEMÁTICAS DE LA VIDA DAN VIDA A LAS MATEMÁTICAS
Por María Teresa
González Manteiga
La biología en sus albores tenía por objeto el estudio de las plantas y
los animales, pero cinco revoluciones han cambiado el modo de trabajar en esta
parcela de la ciencia.
La primera revolución: el microscopio. Anton van Leeuwenhoek observó
por vez primera bacterias y otras criaturas microscópicas que habitan en los
estanques y dio una descripción de los glóbulos rojos de la sangre. La biología
despegó como ciencia con la ayuda del filósofo naturalista Robert Hooke, quien
publicó en la segunda mitad del siglo XVII grabados de observaciones realizadas
con el microscopio, que descubrían la complejidad de la vida a pequeña escala.
La segunda revolución: la clasificación sistemática de los seres vivos,
que permitió hacer distinciones claras y lógicas entre ellos. La primera
aproximación es debida a Carl von Linneo, quien clasificó los organismos por
especie, género y grupos más amplios. Este fue el comienzo de la clasificación
de los seres vivos que hoy los taxonomistas organizan en una jerarquía de ocho niveles.
La tercera: la evolución. Se inició con la publicación de El origen de
las especies de Darwin, quien explicó el proceso de selección natural como una
lenta acumulación de miles de cambios.
La cuarta: la genética. La chispa que la generó surgió de los trabajos
de Mendel, que le llevaron a concluir la existencia de unos “factores”, hoy
llamados genes, que determinan numerosas características particulares de cada
ser vivo.
La quinta revolución de la biología fue posible por la utilización de
una nueva técnica experimental, la difracción de rayos X. A mediados del siglo
XX se conocía que los genes estaban formados por proteínas y ADN, pero no se
sabía nada de la estructura molecular del ácido nucleico. La pista fundamental
que llevó a esta revolución fue el análisis de las imágenes de algunos
experimentos de difracciones de rayos X. El descubrimiento de la estructura
molecular del ADN y de las proteínas ha permitido a la biología encontrar áreas
por explorar que la han convertido en el terreno más excitante para la
investigación en el presente siglo.
Pero la naturaleza de la vida no es solo una cuestión bioquímica. Otras
áreas de la ciencia están ayudando a explicar qué hace vivir y evolucionar a
los seres vivos. Y lo que tienen en común todas estas áreas son las matemáticas
que abren perspectivas totalmente nuevas.
La sexta revolución corresponde, pues, a las matemáticas. El modo de
pensar matemático se está convirtiendo en una pieza estándar del conjunto de
herramientas que usa la biología, en un método para entender y analizar los
datos sobre los seres vivos. La aplicación de las matemáticas a la biología
depende de nuevos equipos, como el ordenador, y también de nuevos “equipos
mentales”.
¿Qué matemáticas necesita la biología? Se ha descubierto que ciertas
teorías matemáticas que surgieron por otras necesidades de la ciencia llevan
aparejadas importantes aplicaciones en la biología.
Las ideas matemáticas fundamentales son permanentes, como el icosaedro,
uno de los cinco sólidos regulares que aparecen en Los elementos de Euclides,
que ha encontrado representación en el mundo real 2300 años después. En la
segunda mitad del siglo XX, con la ayuda del microscopio electrónico y la
técnica de la difracción de rayos X, se comprobó que la estructura del
icosaedro aparecía en los virus así como las formas helicoidales. La teoría de
grupos y el concepto de simetría, teorías matemáticas más recientes, son útiles
en todas las ciencias. La de nudos resulta válida en biología, porque el ADN se
pliega y se hace nudos a sí mismo. También guarda relación con la biología
molecular el plegamiento de las proteínas, tema de interés porque la forma
determina su función.
En el estudio del sistema nervioso, la aportación de las matemáticas a
la biología, en concreto la aplicación de las ecuaciones diferenciales y del
análisis numérico, resulta fundamental. Por necesidades de la biología se han
diseñado ya nuevas técnicas matemáticas. La neurociencia, una de las áreas más
activas de la biología matemática, trata de explicar el funcionamiento de las
neuronas, el modo en que éstas se unen durante el desarrollo, la memoria, el
aprendizaje, el procesamiento de la información que nos llega a través de los
sentidos… Las técnicas empleadas incluyen redes y estadística. Los biólogos
matemáticos están empezando a entender el asombroso poder de las redes
neuronales. El cerebro es una red de células nerviosas muy compleja. Y hay
buenas razones para pensar que la mayoría de las increíbles capacidades del
cerebro son consecuencia de la arquitectura de las redes. A mediados del siglo
pasado, Alan Turing, mediante el estudio de la geometría de las manchas de los
animales (rayas, lunares), creó su teoría de formación de patrones, un modelo
que engloba reacción y difusión. Los patrones, que no implican regularidad, se
pronostican mediante diferentes modelos matemáticos; algunos de ellos coinciden
con los encontrados en la naturaleza, en tigres, leopardos, conchas, etcétera.
Las descripciones verbales son menos capaces de capturar la complejidad
de la vida y la evolución de lo que lo son los modelos matemáticos. Estos
clarifican los conceptos, las suposiciones y las relaciones entre ellos. La complejidad
de los sistemas biológicos no debe tomarse como un obstáculo insuperable para
cualquier análisis matemático.
Un modelo debe ser suficientemente realista para no dejar fuera algo
fundamental, pero no tiene que ser una representación exacta de la realidad
porque no sería útil.
Las técnicas y los puntos de vista de las matemáticas ya están ayudando
a entender no solo de qué está hecha la vida, sino también cómo funciona a
todos los niveles, inclusive a nivel molecular. Las matemáticas no solo se utilizan
en la biología para manejar datos y mejorar los instrumentos. También
proporcionan ayuda para explicar cómo funciona la vida. La bioinformática no
puede reducirse a la elaboración de una lista del genoma. Los modelos
constituyen el único modo de predecir y de comparar posibles estrategias de
control.
La biomatemática no consiste solo en la aplicación de los métodos
matemáticos conocidos. Los matemáticos han descubierto que el único modo
efectivo de aplicar su materia a la biología es encontrar lo que los biólogos
quieren saber y adaptar sus técnicas en concordancia. La biología pide
conceptos y técnicas matemáticos completamente nuevos y plantea nuevos y
fascinantes problemas para la investigación matemática.
La biología, por su necesidad de comprender el funcionamiento de la
vida, su evolución y la relación de los organismos con el medio, será la
principal fuente de creación de las nuevas matemáticas en el presente siglo,
así como lo fue la física en el siglo pasado.
No hace mucho la especialización era posible. Pero en los tiempos en
que vivimos no puede investigarse en una rama de la ciencia ignorando las
restantes. La ciencia del mañana logrará avanzar y lo hará más rápidamente si
hay interconexión de grupos de investigación y si trabajan conjuntamente
especialistas en diferentes campos del saber y de forma complementaria. El
siglo XXI es el de la globalización en la ciencia.
Adaptado de
Investigación y Ciencia, agosto de 2012
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