LA HUMANIDAD HA DESCUBIERTO MENOS ESPECIES
DE LAS QUE QUEDAN POR DESCUBRIR
Por Javier Salas
En todo el mundo habitarían unas cinco millones de
especies distintas de las que sólo se han descrito 1,5 millones. Podría darse
nombre a todos estos seres desconocidos antes del final de siglo con mejor
coordinación y más inversión, según un estudio
Casi al
comienzo de la Biblia, en el segundo capítulo del Génesis, se cuenta que lo
primero que hizo el hombre después ser creado fue ponerle nombre a todas las
especies del planeta por encargo de Dios: “Porque cada ser viviente debía tener
el nombre que le pusiera el hombre”. De ser cierto, esta misión habría sido el
primer castigo divino y no la expulsión del Edén, ya que la Tierra está habitada
por alrededor de cinco millones de especies distintas, según publica la revista Science.
Una tarea titánica que ninguna persona podría completar en una sola vida, pero
que sí sería posible terminar en cinco décadas, según exponen los expertos que
firman el artículo de Science. Solo falta echar cuentas, organizarse y
mejorar la financiación.
Según sus
cuentas, en la Tierra coexisten cinco millones de especies,
más o menos. El problema radica en que ese “más o menos” abarca una horquilla
demasiado grande: el margen de error es de tres millones. Por tanto, el cálculo
más fiable al que se arriesgan los expertos es que el planeta cuenta con entre
dos y ocho millones de especies. No obstante, podemos estar satisfechos, ya que
hace unos años se hablaba de entre 30 o 100 millones de especies, cuando se
extrapolaron estimaciones realizadas a partir de determinadas selvas y el
océano profundo. “La razón por la que damos este número se debe a que los
últimos tres métodos desarrollados convergen todos más o menos en estas
cifras”, explica a Materia el entomólogo Nigel Stork,
especialista en biodiversidad y
firmante del artículo de Science.
Para reducir
más aún más su margen de error será necesario refinar los modelos de los que
parten. “¿Para cuándo un cálculo más exacto? El tiempo lo dirá, pero espero que
se reduzca gracias a que cada año habrá un inventario más completo de las
especies descritas, a que se eliminen los atrasos de especies aún por describir
en algunas colecciones y por un mayor trabajo de campo”, responde el biólogo
marino Mark Costello, otro de los autores del trabajo.
En el
estudio se expone que ya han sido inventariadas 1,5 millones de especies y que
en la actualidad se avanza a un buen ritmo: alrededor de 16.000-17.000 nuevas
descritas cada año. Mejorando este ritmo de descubrimientos, los expertos
calculan que se podría lograr el objetivo de dar nombre a todos y cada uno de
los seres vivos de la Tierra en un futuro no tan lejano. En 2040, si no fueran
más de dos millones de especies; o en 2100, si fueran 3,5 millones; en 2220, si
resultaran ser cinco.
Además, esos
plazos podrían acortarse gracias a la extinción de especies: si
desaparecen, no hace falta encontrarlas. Cada década, desaparece un 5% de
ellas, según muchos cálculos. Algo menos, en torno al 1%, según el estudio de Science,
que asegura que “hay evidencias de que las extinciones contemporáneas no han
sido tan altas como algunos habían predicho” por varias razones, como esfuerzos
de conservación eficaces y animales y plantas que logran sobrevivir en
ecosistemas protegidos o controlados por humanos a pesar de las amenazas. A
esos ritmos de extinción constantes (o agravados por el cambio climático), podría
llegarse a la paradoja de que las especies por descubrir se esfumaran antes de
llegar a tener nombre siquiera.
Catálogos abiertos y en la red
Uno de los
obstáculos para alcanzar la meta es la tardanza en describir las especies
nuevas, cuestión de años, a veces décadas: en la actualidad habría medio millón
de especies esperando en distintas colecciones de todo el mundo a que alguien
las bautice. El trabajo se convierte en una tarea complejísima por la falta de
sistemas coordinados, estandarizados, abiertos y online: por ello, en
demasiadas ocasiones se vuelve a describir una especie ya registrada. Hace poco
hubo que borrar 210.000
especies marinas repetidas. En Science calculan que
el número de sinónimos (una misma especie con dos o más nombres
científicos) se eleva hasta el 93% entre los cetáceos, al 80% entre las algas y
el 32% entre los insectos.
“La mejor
forma de evitar la sinonimia requiere hacer más accesible el registro actual de
las especies existentes, sobre todo en la web, y mejorando la forma en la que
algunos taxónomos describen las especies”, explica Stork en referencia a los
especialistas dedicados al registro de nuevas formas de vida desconocidas. Las
descripciones en grupo, según Stork, son más útiles que una serie de artículos
cortos que describen nuevas especies individualmente. Calcula que en la
actualidad hay unos 50.000 taxónomos activos en todo el mundo, muchos de ellos amateur:
en torno al 50% de los nuevos bautizos los realizan aficionados (hasta el 60%
en Europa).
Stork y
Costello se atreven a reclamar mayor inversión global en llevar a cabo esta
tarea: entre 375 y 750 millones de euros al año bastarían para dar a conocer a
todos los seres vivos en 50 años. ¿Por qué invertir ese dinero en descubrir
especies que viven aunque no tengan un latinajo que las bautice? “Creemos que
tenemos una obligación moral y ética de reconocer las otras especies que comparten
este planeta con nosotros”, asegura Stork. Para su colega Costello, nombrarlas
es un primer paso para el conocimiento profundo y la exploración de los
ecosistemas.
“¿Por qué estamos enviando miles
de millones en busca de vida en otros planetas?”, se pregunta el experto, en
alusión al robot Curiosity que husmea por la superficie
marciana. “Por la misma razón, nuestra comprensión de la naturaleza sólo puede
progresar mediante el descubrimiento de lo que está ahí fuera. No es imposible
proteger la biodiversidad sin describir a todas las especies, pero ¿cómo vamos
a saber si estamos teniendo éxito si no sabemos lo que hay ahí?”, pregunta
Costello. Argumentos científicos que deben sonar innecesarios para quienes
creen en la Biblia a pies juntillas: porque Dios le encargó esta tarea a Adán,
el primer hombre, el primer taxónomo.
REFERENCIAS
'Can We Name Earth’s Species Before They Go Extinct?'
DOI:
10.1126/science.1230318
http://esmateria.com/2013/01/24/la-humanidad-ha-descubierto-menos-especies-de-las-que-quedan-por-descubrir/#prettyPhoto
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