El extraordinario desarrollo del cine, como
industria del espectáculo y medio de expresión artística, nos ha hecho olvidar
que el cine nació por exigencias de la investigación científica. De hecho el
cine tiene dos raíces: el estudio sobre la persistencia de la imagen en la
retina y el desarrollo tecnológico debido a la investigación experimental sobre
la fisiología del movimiento.
Fue en 1875
El cine científico surgió mucho antes que el cine de
espectáculo. La famosa proyección pública del cinematógrafo de Lumiére, el 28
de diciembre de 1895, en París, es considerada como el nacimiento del cine.
Pero, ya en 1875, el astrónomo francés Jules Janssen había registrado el paso
de Venus delante del Sol con un "revólver fotográfico". Este aparato
funcionaba con base en el principio de rotación de una placa fotográfica de
daguerrotipo circular que registraba imágenes consecutivas, cada una con una
exposición aproximada de un segundo. La técnica que Janssen usó es similar, en
diversos aspectos, a la que hoy llamamos "cuadro por cuadro". Si bien
se trataba de una serie de fotografías sucesivas, el principio de
funcionamiento del aparato, con su movimiento automático y el desplazamiento de
cada placa fotográfica, constituía la base misma del cinematógrafo actual y
respondía a la necesidad del análisis y documentación del fenómeno que guiaba
la búsqueda. Así, antes de que el cine fuera espectáculo, la investigación
tecnológica en la cinematografía estuvo casi exclusivamente en manos de los científicos
y dentro de sus laboratorios. Muchas de las técnicas especiales del cine
científico (fotografía a intervalos; alta velocidad) surgieron y se
desarrollaron desde los primeros años del cinematógrafo.
Sobre la utilización concreta del cine
Cinematografía y videofilmación pueden usarse como
instrumentos de investigación científica de todos los fenómenos vinculados con
el movimiento; para analizar un comportamiento determinado, una transformación
de la materia o cambios que se verifiquen en el tiempo o en el espacio. Y, en
cada caso, y como un desafío adicional, se debe decidir sobre calidad y
cantidad de película, tipos de cámara y de fuentes de luz, velocidad de cada
toma, etc. Además, recientemente se han incorporado nuevas técnicas (sistemas
de grabación, elaboración y transmisión electrónicas; fibras ópticas,
holografía, etc.) a los métodos tradicionales de filmación para ofrecer una
gama cada vez más amplia de posibilidades a fin de observar, identificar,
analizar y comprender fenómenos.
¿Cómo auxilia el cine a la investigación
científica?
La filmación de eventos o fenómenos dinámicos
ofrece muchas posibilidades: reducir su duración, acortando los tiempos de
filmación de fenómenos demasiado lentos para observarlos en tiempo real; alargar
su duración, filmando a gran velocidad se puede ver más lentamente en pantalla
el desarrollo de un fenómeno sin que importe la rapidez con que se produzca; observar
o estudiar los eventos que se verifiquen en lugares inaccesibles (exploración
bajo el agua, en el espacio exterior), o en sitios muy oscuros, o en el
interior del cuerpo humano (endoscopía), o en ambientes de temperaturas
extremas; aumentar la magnitud de fenómenos cuyas dimensiones sean muy
pequeñas, mediante la microcinematografía, o, a través de la macrocinematografía,
amplificar ciertos detalles del universo utilizando emulsiones de alta
definición; observar fenómenos que ocurren a gran distancia de nuestro planeta,
mediante teleobjetivos y telescopios; observar fenómenos –que de otro modo
serían invisibles para el ojo humano– por medio de ondas de longitud especial:
rayos X, infrarrojos, ultravioletas o gamma, o técnicas interferométricas y
holográfica; visualizar las diferencias de densidad y de temperatura, mediante
la estroboscopía, la sonografía, la termografía; observar, infinidad de veces,
la reproducción de un fenómeno, conservar su registro si se trata de algo
fugaz, irrepetible, o que sea muy difícil y costoso repetir.
Estas posibilidades pueden ser asociadas, por
ejemplo, usando un procedimiento especial de visualización, en tanto que
simultáneamente se modifica el factor tiempo. Así, el film nos permite superar
cualquier limitación espacial o temporal en los campos del conocimiento. Desde
1914 el filme se usó en la investigación balística, en los ámbitos militar y
aeronáutico, y aun en la investigación nuclear y espacial. Este hecho ha
propiciado grandes progresos en el campo de la cinematografía ultraveloz y de
otras técnicas especiales. Asimismo, en el terreno de la física y de la
química, el film ha permitido observar la propiedad de dislocación de los
metales, la interacción de los electrones en los cristales inorgánicos, las
fases de transformación de los sólidos y las transformaciones polimorfas de los
sólidos cristalinos. La Biología, ciencia de observación por excelencia,
recurre a menudo al film para investigar. Las aplicaciones de la cinematografía
en el campo de la medicina se deben, sobre todo, a los rayos X e infrarrojos,
así como a la ermografía. En el campo de la Física, sería interminable la lista
de logros tecnológicos debidos al cine: desde el análisis de materiales en
tensión y bajo esfuerzo hasta la revelación de la "fatiga" de los
materiales, etc. Según sea el uso que se le dé, el film constituye un medio
para descubrir nuevos conocimientos, para confirmar una hipótesis o demostrar
una teoría. Es difícil, por ello, definir exactamente las características y los
límites del cine de investigación.
Fuente: CERIDE
Referencia: "El
Lenguaje de las Imágenes en Movimiento" (V. Tosi)
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