22 de mayo de 2013

la maleabilidad de la memoria


LO QUE RECUERDES PUEDE SER ERRÓNEO


Por John Hewitt

Los pueblos indígenas en regiones donde las cámaras de fotografías no son comunes, a veces reaccionan con precaución cuando se les toma una foto. El temor de que algo de ellos les ha sido robado para crear la foto es a menudo inevitable. En menor escala, sabemos que en realidad es imposible medir algo sin cambiar su carácter esencial de alguna manera. Una idea que ha cobrado impulso recientemente, es que aunque nuestro cerebro tiene mecanismos para desempaquetar la experiencia pasada en una forma que pueda ser manipulada conscientemente con todo el poder de la mente, los mecanismos para embalar los recuerdos en la forma original carecen de una finura similar. En este sentido, una vez tocado, un recuerdo ya no es exactamente el mismo. Un artículo publicado en PNAS echa un vistazo más de cerca a cómo se reconsolidan los recuerdos después de su recuperación. Al mostrar lo fácil que es cambiar ciertos tipos de recuerdos, los autores no sólo plantean nuevas preocupaciones para los testimonios de testigos en las salas de tribunales, sino que pueden explicar en parte por qué ese testimonio a menudo tiende a ser dudoso ante un interrogatorio continuo. La implicación es que este nuevo conocimiento puede ser útil en los tratamientos de estrés post traumático en veteranos de guerra y víctimas.
Los 146 participantes en el estudio vieron el episodio piloto de la serie de televisión 24, sobre un ataque terrorista ficticio. Luego, los investigadores les dieron varias pruebas de recuperación que reactivaron su conocimiento almacenado recientemente. El experimento a continuación, presentaba un resumen de audio del episodio que incluía algunas descripciones erróneas de los eventos reales. Después de este paso de “re-aprendizaje”, se creó otra prueba de memoria en un momento posterior. Lo que el informe de los investigadores dice, es que cuando el paso anterior a la recuperación de re-aprendizaje se da, la desinformación afecta a la posterior recuperación de la memoria original.
Este tipo de memoria “episódica” se conoce como memoria declarativa, a diferencia de la memoria de procedimiento, como aprender a montar en bicicleta o atar un zapato. La memoria declarativa es claramente el proceso más frágil y se puede perder selectivamente en procesos de amnesia. En muchos casos, la memoria declarativa se ve reforzada por “llamadas “al proceso, al menos cuando así convenga, lo que es la base de la memorización. En otros casos, como los refranes o canciones populares, el mismo efecto de refuerzo se convierte en una molestia. Menos inocuos, son los recuerdos como el de ser testigo de la trágica pérdida de un ser querido, lo que nos puede obsesionar con imágenes y pesadillas recurrentes.
La terapia actual para las memorias traumáticas puede implicar drogas como el propranol, que pueden ser eficaces en la reducción de la respuesta emocional a un estímulo que induce al miedo. Como estos fármacos tienen generalmente efectos secundarios, un método que pudiera reprogramar los recuerdos de modo más selectivo sería deseable. Sin embargo, la organización de un escenario en el que la memoria declarativa pueda ser reescrita durante un proceso de reconsolidación parece mucho más fácil que la creación de un proceso general que reescriba un recuerdo cargado de emociones específicas.
Los enfoques psicológicos tratan el cerebro como una caja negra. Tratar de modificar el contenido de esa caja negra independientemente del conocimiento de las estructuras que suministran la conducta en cuestión es un reto difícil. Uno puede preguntarse si tener un mapa del cerebro en plena actividad  ofrecería algo adicional. Aunque esto es algo que no podemos responder definitivamente sin ningún conocimiento de lo que tal mapa podría, podemos adivinar que si ciertos patrones se correlacionan con ciertas experiencias, la causalidad puede ser asignada provisionalmente. El truco es identificar los patrones. Los humildes comienzos de este mapa de actividades ya están entre nosotros en forma de nuevos dispositivos para identificar y cortocircuitar eventos epilépticos.
La maleabilidad de la memoria no sorprende a nadie consciente del hecho de que el cerebro no almacena información como la RAM en un ordenador. La imperfección de la memoria almacenada es el resultado directo de la capacidad de empujar continuamente nuevos recuerdos a una estructura finita. La comprensión de la actividad con el apoyo de esa estructura en la medida en que podemos reprogramar recuerdos, o incluso comportamientos, no es un pequeño paso, sino que nos acerca más al objetivo.


1 comentario:

  1. Cortocircuitar, es un término que no es correcto. Introducir nuevos conceptos lleva a veces a crear nuevas palabras, las cuales algunas veces no son necesarias porque el Español, es rico en acepciones.

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