HUMANOS
Y MONOS, PARECIDOS HASTA EN SUEÑOS
Parecidos a nosotros
Cuando de dormir se
trata, los chimpancés también se parecen a sus parientes cercanos, los humanos.
Y es bastante probable que también sueñen, pues se han detectado los mismos
movimientos de los ojos que realizan las personas mientras duermen.
Uno de los expertos en
este tema es el psicólogo y antropólogo físico Jairo Muñoz Delgado –colombiano–,
quien, desde hace once años, es parte de un equipo mexicano de investigadores
en primates. Muñoz participó como expositor en el Seminario "Sueño,
Comportamiento y Microdiálisis", organizado por el Instituto Mexicano de
Psiquiatría y el Centro de Estudios Cerebrales de la Universidad del Valle
(Colombia). Las investigaciones se llevan a cabo con 28 macacos y 10 monos
"araña", especies seleccionadas por las complejas interrelaciones
sociales que manejan.
A la hora de soñar...
Los chimpancés duermen
aproximadamente 9 ó 10 horas, y sus ciclos de sueño son de 80 minutos, bastante
aproximados a los de los seres humanos, en quienes los ciclos de sueño duran 90
minutos, divididos en "No mor" y "Mor".
El ciclo "No
mor" ha sido definido como el sueño donde no existen movimientos oculares
rápidos, y el ciclo "Mor" es aquel en el que los ojos se mueven
rápidamente. Ambos ciclos tienen una duración de 90 minutos en las personas, y
se repiten hasta cinco veces durante la noche.
En los monos que han
sido estudiados por el grupo de investigadores estos ciclos suelen durar
alrededor de 50 minutos. Y en el momento de dormir, los primates también se
organizan en familia, es decir que la madre permanece junto a sus hijos y al
macho dominante.
Asimismo, se han
detectado algunos machos que ejercen un papel vigilante; estos sujetos duermen
un poco más alejados del resto del grupo, y son los encargados de cuidar la
manada mientras los demás descansan. Esto sucede cuando se encuentran en su
hábitat natural; sin embargo, cuando se hallan en cautiverio, tienden a
conservar esta costumbre y se despiertan varias veces en la noche.
Tal como sucede en la
especie humana, también se ha comprobado que, cuando los primates no duermen
los ciclos completos y necesarios, pueden presentar disfunciones en la
capacidad motriz y de concentración. Inclusive, cuando esta pérdida de sueño se
presenta por más de dos noches, es probable que empiecen a notarse alteraciones
psicológicas.
"Estas
investigaciones ayudan a comprender los procesos de sueño humanos, y están
basadas en la utilización de modelos animales para inferir procesos en los
seres humanos, desde el punto de vista evolutivo", afirma el investigador
Muñoz. Los estudiosos pretenden descubrir el comportamiento del individuo con
respecto a su entorno, así como su conducta como ser social. De la misma forma,
intentan comprender las estrategias de cognición social, es decir, todo proceso
de diseño que se inicia con el fin de obtener beneficio propio.
A pesar de que en
condiciones de cautiverio se dan otros parámetros, diferentes de los del
entorno natural, sí se observan pautas de comportamiento. Lo cierto es que los
primates tienen un enorme parecido con los humanos también a la hora de dormir,
y tal vez de soñar.
Fuente: CIENCIA AL DIA, N° 047.97 - CERIDE
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