30 de enero de 2013

diseño inteligente (Josefina Cano)


EL DISEÑO INTELIGENTE

Por Josefina Cano. Bióloga y divulgadora científica. Ph.D. en Genética Molecular y ganadora del Premio Nacional de Ciencias “Alejandro Ángel Escobar” en 1986, ha sido investigadora en el campo de las células tumorales en diferentes laboratorios del mundo: Zúrich (Suiza), Sao Paulo (Brasil), Toronto (Canadá)

El Darwinismo, que en su momento originó una explosión de ataques desde muchos frentes (naturalistas, filósofos y particularmente clérigos), sigue siendo el blanco de ellos hasta nuestros días. Desde hace algunos años y particularmente en Estados Unidos, la cosa pasó a mayores.
Usando un esquema más agresivo, un grupo de matemáticos, biólogos y filósofos, amparados por la iglesia, funda un instituto, Discovery, con la idea fundamental de demostrar que el Darwinismo es una falacia. Para ello proponen al Diseño Inteligente (DI).
El DI postula que la existencia del universo, la diversidad del mundo viviente y la aparición del hombre, no pueden ser resultado del azar propuesto por el Darwinismo y si la obra de un Gran Diseñador, pues tanta perfección existente en los seres vivos y el hombre en particular no puede ser el resultado del azar, de la evolución por la selección natural.
En el mejor estilo de los guerreros medievales, el ataque se prepara desde los cuarteles protegidos y privilegiados de las iglesias cristianas. Jonathan Wells*, uno de los líderes de la Iglesia de la Unificación declara:
“…..mis estudios y mis oraciones me han convencido de que debo dedicar mi vida a destruir el Darwinismo. Cuando fui escogido para entrar al programa de doctorado agradecí mucho la oportunidad de prepararme para la batalla”.
La diferencia enorme con los guerreros del Medioevo es que la agresión al Darwinismo no es una cruzada abierta contra los herejes, más bien es una campaña muy bien organizada pero que esconde la trampa. Se arma como si fuera una confrontación “científica”, apartada de cualquier nexo con creencias religiosas. Así se presenta:
“El Diseño Inteligente (DI) no es un asunto Cristiano evangélico, o un asunto Cristiano y menos aún un asunto teísta…..El DI en un programa emergente de investigación científica. Los teóricos del Diseño tratan de demostrar sus méritos de una manera clara y puntual en el mundo científico, sin recurrir a ninguna autoridad religiosa”**.
Durante un tiempo los científicos serios se rehusaron a participar en una discusión que sabían no conducía a ningún lado y que le conferiría estatus de credibilidad a lo que ellos sabían no lo tenía. El instituto Discovery publica con regularidad panfletos y libros, pero de sus imprentas no ha salido hasta hoy el primer artículo científico. Claro, no querrán someterse al riguroso escrutinio de la comunidad científica y ver tus teorías destruidas y rotuladas como seudociencia.
Sin embargo, a mediados del 2005, el engaño del DI, largamente incubado florece de manera espectacular. El arzobispo de Viena proclama que la Iglesia Católica descalifica al Darwinismo. Un mes más tarde, Bush anuncia en una conferencia de prensa que él está a favor de la enseñanza del DI en los colegios de secundaria porque “parte de la educación es exponer a los estudiantes a diferentes escuelas de pensamiento” y un alto mando del ala más conservadora y religiosa del partido republicano declara que la enseñanza simultánea del DI y la evolución es una manera pluralista de pensamiento que prepara mejor a las futuras generaciones.
De dónde sacan tres personajes apartados de la ciencia la idea de que sus creencias religiosas tendrán mérito suficiente para sustituir un sistema de pensamiento largamente desarrollado y fundamentado en cientos de miles de artículos publicados regularmente en todo el mundo? El DI había preparado el terreno durante mucho tiempo, por eso, tres líderes de distintas corrientes religiosas se unen para decir con claridad: lo que importa es acabar con el Darwinismo y elevar al Creacionismo a categoría de ciencia. El lobo con piel de oveja.
Ahora si los científicos no pueden permanecer impasibles y entran en la discusión y en la pelea. Se han publicado muchos libros escritos por filósofos, físicos, matemáticos, historiadores de la ciencia, biólogos, genetistas, paleontólogos y sicólogos atacando las ideas difusas del DI con estudios serios desde sus respectivos campos.
Queda la pregunta de porqué los ataques se dirigen exclusivamente a la biología: ¿por qué los creacionistas no se meten con los químicos, los bioquímicos, los físicos? Porque la biología se ocupa precisamente de los seres vivos y al final, del más complejo de ellos, el hombre. Porque el Darwinismo, al explicar el origen del hombre a partir de ancestros lejanos y emparentarlo con una bacteria o un mosco, revuelca la idea de un Creador.
La ausencia de un programa en el trabajo que hace la selección natural en la evolución, la falta de un propósito, conlleva un sentido profundo de libertad, opuesto al determinismo supuesto en cualquier diseño, inteligente o tonto. Más bien tonto.

*Darwinism: Why I Went for a Second PhD. A Moony Church in-house Journal
**The Design Revolution. William Dembski. 2004

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