CÓMO SE ALIMENTAN LAS GALAXIAS
Utilizando
el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, un equipo de astrónomos ha
localizado una galaxia distante tomando un refrigerio de gas cercano. El gas
parece estar cayendo hacia el interior de la galaxia, creando un flujo que
alimenta la formación estelar al tiempo que impulsa la rotación de la galaxia.
Es la mejor evidencia observacional directa obtenida hasta el momento para
apoyar la teoría de que las galaxias atraen y devoran material cercano con el
fin de crecer y formar estrellas. Los resultados aparecen en la revista Science.
Los
astrónomos siempre han sospechado que las galaxias crecen atrayendo material de
su alrededores, pero ha sido muy difícil observar directamente este proceso. El
telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO ha sido utilizado para
estudiar un extraño alineamiento entre una galaxia distante y un cuásar
aún más distante, el núcleo extremadamente brillante de una galaxia alimentado
por un agujero negro supermasivo. La luz del cuásar pasa a través del material
que rodea a la galaxia (que se encuentra entre nosotros y el cuásar) antes de
alcanzar la Tierra, haciendo posible que exploremos en detalle las propiedades
del gas que se encuentra en torno a la galaxia. Estos nuevos resultados nos
ofrecen la mejor visión obtenida hasta el momento de una galaxia en pleno
proceso de “ingesta”.
“Este
tipo de alineamiento es muy poco usual y nos ha permitido hacer observaciones
únicas”, explica Nicolas Bouché, del Instituto de Investigación de
Astrofísica y Planetología (IRAP) en Toulouse (Francia), autor principal del
nuevo artículo. “Pudimos utilizar el telescopio VLT de ESO para mirar de
cerca tanto la galaxia como el gas que la rodeaba. Esto significa que pudimos
abordar un importante problema relacionado con la formación de las galaxias:
¿cómo crecen y cómo se alimenta la formación estelar?”.
Las
galaxias agotan rápidamente sus reservas de gas a medida que crean nuevas
estrellas, por lo que deben ir reponiéndolo de manera continua con nuevo gas
para poder continuar su actividad. La pregunta era ¿de dónde procedía ese gas?
Los astrónomos sospechaban que la respuesta a este problema se encontraba en la
recolección de gas frío de los alrededores por la atracción gravitatoria de la
galaxia. Con este escenario, una galaxia arrastra el gas hacia ella y este
circula alrededor de la misma, rotando con la galaxia antes de caer hacia su
interior. Aunque ya se habían obtenido antes evidencias de este tipo de
acreción, observado en algunas galaxias, hasta ahora no se habían estudiado a
fondo tanto el movimiento del gas como otras de sus propiedades.
Los
astrónomos utilizaron dos instrumentos conocidos
como SINFONI y UVES, ambos instalados en el telescopio VLT de
ESO en el Observatorio Paranal, en el norte de Chile. Las nuevas observaciones
mostraron no solo cómo rotaba la galaxia, sino que también revelaron la
composición y el movimiento del gas que se encontraba fuera de la misma.
“Las
propiedades de esta ingente cantidad de gas eran exactamente lo que esperábamos
encontrar en el caso de que el gas frío estuviera siendo atraído por la galaxia”,
afirma el coautor Michael Murphy (Universidad Tecnológica de Swinburne,
Melbourne, Australia). “El gas se mueve tal y como suponíamos, tenemos la
cantidad esperada y también tiene la composición correcta para encajar
perfectamente en los modelos. Imaginen la hora de la comida para los leones de
un zoo — esta galaxia en particular tiene un apetito voraz, y hemos descubierto
cómo se alimenta para crecer tan rápido”.
Los
astrónomos ya han encontrado evidencias de material alrededor de galaxias en el
universo temprano, pero esta es la primera vez que han podido mostrar
claramente que el material se mueve hacia la galaxia, en lugar de salir de
ella, y también la primera vez que pueden determinar la composición de este
“combustible” fresco destinado a formar nuevas generaciones de estrellas. La
luz del cuásar ha hecho posible la detección del gas del entorno.
“En
este caso tuvimos suerte de que el cuásar estuviera justo en el lugar adecuado
para que su luz pasara a través del gas que caía hacia la galaxia. La
próxima generación de telescopios gigantes, como el E-ELT (European Extremely
Large Telescope) permitirá estudios con multiples líneas de visión por
galaxia y proporcionar una visión mucho más completa”, concluye la coautora
Crystal Martin (Universidad de California Santa Barbara, EE.UU.).
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