Qué es y qué NO es la Ciencia
Por Ezequiel
Del Bianco
Cada día resulta
más común encontrar comentarios en foros y blogs donde se generan debates al
estilo "Ciencia vs. Religión" o "Ciencia vs. Pseudociencia", los cuales nunca deberían haber existido. Con
esto último no digo que debatir sea algo malo, ya que al contrario, siempre
algo se aprende. Pero hay veces que resulta molesto tener que argumentar una y
otra vez sobre algunas cosas básicas que se repiten constantemente.
Ninguno
de los ítems de esta lista, son ciencia:
- La bomba atómica
- Las multinacionales
farmacéuticas
- Las petroleras
- Las armas de fuego
- La guillotina
- Josef Mengele, "El Ángel de la muerte"
A riesgo
de que estas afirmaciones parezcan un lavaje de conciencia, esto tampoco es
ciencia:
- Las cloacas
- La penicilina
- Internet
- Los libros
- Los anteojos
- Los marcapasos
- Albert Einstein
Puede resultar difícil reconocer el significado de una
palabra con un conjunto de ideas, y no de objetos puntuales. Pues bien,
la Ciencia es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la
observación, el razonamiento y la experimentación, sistemáticamente
estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.
La
principal herramienta para obtener conocimientos ciertos, y sobre todo, la más
eficiente es el llamado Método Científico. Muchos hemos aprendido en el
colegio alguna vez que el Método Científico consta de una serie de pasos que
incluyen, por lo menos:
1-
Hacerse una pregunta o tener una idea (hipótesis).
2- Hacer
un experimento para comprobar si la realidad concuerda con nuestra idea.
3- En
caso de que lo haga, formular una Teoría.
Y lo que
es más importante, y para muchos, desagradable, desilusionante, aburrido, es intentar
destruir nuestra propia teoría. De la misma forma, intentar tumbar teorías
de los demás, o invitar a colegas a que intenten destruir la nuestra, de forma
racional, y con pruebas reales.
Mientras
más golpes resista nuestra teoría, más sólida será, y lógicamente, más cercana
estará de ser verdad. Una forma muy común de esquivar la crítica o la
autocrítica es la de ”cosechar cerezas”: en una plantación de cerezas podemos encontrar
algunas maduras, y otras secas o podridas. Si sólo tomamos las más bellas, y
las presentamos en una canasta, las personas podrían creer que son todas así,
porque no les estamos mostrando que hay cerezas que no concuerdan con nuestra
teoría. Las ocultamos de forma voluntaria o involuntaria, pero sesgamos
información al fin y al cabo.
Esto
puede estar referido a mediciones de alguna cosa que queremos concluir, o
pueden ser anécdotas de personas que curaron su enfermedad de tal o cual manera.
Lógicamente quienes murieron en el camino no pueden mostrar su mala
experiencia. Por eso hay que prestar mucha atención a las estadísticas… siempre.
Y otro
factor muy importante que puede arruinar un resultado, y que de hecho tiene
mucho peso a nivel psicológico, es el del bendito Efecto Placebo. En
medicina por ejemplo, se sabe que si una persona cree que algo la va a curar,
puede influir bastante en su curación. Tanto es así, que algunas dolencias
simples pueden ser curadas con una simple pastilla de azúcar, sin ningún
componente activo, en más de un 30% de los casos. Cualquier nuevo medicamento,
tiene que pasar una prueba de efectividad, en la que se lo compare con un
placebo aplicado de forma similar.
Para
evitar que la sugestión del investigador influya en el resultado del
experimento, y que éste pueda ser lo más objetivo posible, se ha inventado el Doble
Ciego. En este tipo de estudio, tanto los medicamentos reales como los
placebos se etiquetan con un código especial y el código se guarda en algún
lugar, de ahí en adelante, tanto los médicos que aplican el tratamiento, como
los voluntarios, están ciegos a saber si están tratando con un medicamento
real, con componentes activos, o con una simple pastilla inocua.
El
estudio de Doble Ciego puede presentar problemas para llevarse a cabo si
hay intereses políticos o económicos de por medio. También puede presentar
problemas éticos en caso de que la droga intente tratar a pacientes con
enfermedades terminales o peligrosas. Lo cierto es que la Ciencia lo único que
hace es plantear un sistema que funciona, las consideraciones políticas,
económicas, religiosas y éticas quedan al libre albedrío de cada profesional, o
a las leyes del país en donde se lleve a cabo.
En
muchísimos casos, la prueba de Doble Ciego es casi la única forma de comprobar
si un medicamento funciona antes de gastar millones en fabricarlo masivamente. Obviamente,
si alguien conoce alguna mejor forma de hacerlo, más de un paciente o
científico estará agradecido de escucharla.
Si una
multinacional farmacéutica, de las que no tienen mucho prestigio de buen samaritano, realiza experimentos
con africanos pobres, poniéndolos en riesgo sin avisarles, y con la intención
de forrarse de dinero; o bien fabrica vacunas innecesarias y baratas y hace una
gran campaña publicitaria para meterlas en el mercado, lo que está fallando es
la ética de más de un ejecutivo o científico, y no la Ciencia.
"Más allá de la Ciencia"
Habiendo
planteado todo esto, decir que una disciplina entera puede estar "más allá
de la Ciencia", y aun así influir en el mundo de alguna manera, sea
curando o adivinando, es virtualmente imposible. Desde luego que es imposible
negar que haya alguna realidad que vaya más allá de nuestros sentidos, o de lo
que nuestras máquinas pueden medir, pero si no se puede medir, ni detectar, ni
interactuar de ninguna manera con nuestra realidad, tampoco puede sernos
útil.
Desde
tiempos inmemoriales, los curanderos utilizaron extractos de plantas para curar
a las personas. Lo que hacían estos curanderos antiguos, era una especie de
método científico primitivo: internarse en el bosque y probar todo tipo de
plantas. Tras cientos de años, y miles de muertos, podía encontrarse
alguna correlación entre una planta en particular y algún efecto determinado
sobre el organismo. Desde antes de Hipócrates se utiliza la corteza de Sauce
Blanco para calmar la fiebre y el dolor de cabeza. Si bien en su momento esta
sustancia escapaba a la tecnología, sí podía percibirse un efecto sobre nuestro
cuerpo más importante que el equivalente a un placebo de esa época. Hoy en día
los científicos saben que tiene Ácido Acetilsalisílico, que, entre otras cosas, bloquea la generación de
sustancias que nuestro cerebro interpreta como dolor, y lo sintetizan en un
laboratorio para comprimirlo y venderlo en forma de pastilla, con el nombre de
Aspirina.
Lo que
hoy se vende como medicina alternativa, o complementaria, es muy heterogéneo, pero se las
titula así básicamente porque no han pasado ninguna prueba de Doble Ciego.
Es decir, al margen de que se contradicen la una a la otra e invocan sustancias
y entes que no existen (que en última
instancia podrían alegar que no han sido detectadas aún) tampoco logran
demostrar que tienen alguna efectividad más allá de la sugestión. Esto es altamente
peligroso, porque muchísimos enfermos se están sometiendo a curaciones mágicas
que no tienen efecto alguno más allá del buen trato del curandero, y por esto,
dejan la medicina científica de lado.
Como
dicen por ahí, el hecho de que
algo serio haya sido ridículo en algún momento, no significa que cualquier
ridiculez vaya a ser algo serio.
Una
crítica que se le suele hacer a la medicina científica, es sobre el mal trato
de los pacientes, y que hace todo lo posible para ganar dinero. Nuevamente, esto
no tiene nada que ver con la Ciencia, o la medicina científica. El problema es
el sistema burocrático, que de más está decir, funciona mal en casi todos los
países. Y para muchos pacientes es razonable acudir a un curandero (acupunturista,
homeópata, biomédico, reikista) que por lo menos, lo trata como un
ser humano.
Esto es
algo que tenemos que solucionar, un gran desafío, y desgraciadamente quien más
sufre es la Ciencia como forma de obtener y aplicar conocimiento (y los
pacientes, claro)
Soberbia y Humildad
Este es
otro asunto muy importante. La Ciencia suele ser acusada de ser soberbia y
arrogante, y otras disciplinas, como la religión o las pseudociencias, hacen
alarde de humildad y reclaman un poco de respeto.
Desde las
bases del Método Científico está asentado que la Ciencia es una de las cosas más
humildes que puede existir: ninguna verdad es absoluta, ninguna teoría es del todo cierta, todo es discutible,
todo se puede mejorar, no existen dogmas. Si esto no es humildad, no se qué lo
es.
Que un
científico o una persona que defienda la Ciencia sean arrogantes (como yo) es diferente. Personas
arrogantes hay en todas partes, y desde luego que es un defecto.
Por otro
lado, muchas religiones o disciplinas pseudocientíficas reclaman ser dueñas de
la verdad absoluta, desechando toda crítica y acusando a los detractores de blasfemos
o conspiradores. Y lo más ridículo es que hay miles de visiones que
se excluyen mutuamente y pretenden ser la verdad. Si esto no es
arrogancia, qué lo es.
Productos de la Ciencia
Volviendo
al planteamiento inicial, podemos deducir que la Ciencia es simplementeuna herramienta para
entender la realidad, e interactuar con ella. La investigación científica y la
tecnología nos han dado muchísimos productos buenos y malos, pero al igual que
un martillo no es malo por servir para golpear cabezas, la Ciencia no puede
serlo por servir para fabricar armas. Eso depende pura y exclusivamente de
nosotros.
De la
misma forma, Albert Einstein no era la ciencia encarnada, fue una
persona, una persona genial, con sus defectos y virtudes, y no se pueden usar
todas sus frases como argumento de cualquier discusión.
Publicado en Escepticismo, Pseudociencia (portal web español)
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